Atrapados en un cuerpo y un destino, nuestra libertad se reduce a una mínima expresión de comportamiento, exigua sí pero no menos reveladora: dignificar la vida. Tarea que conlleva oponer a una desilusión derrotista, un pesimismo vital tan desgarrador como afectivo.
1 comentario:
Me gusta mucho leer tu blog. Ojalá tuviera algún comentario inteligente que agregar a cada entrada o algo que decir en contra... por hacer debate ;) pero mi español me limita. Si fuera en inglés sería otra historia.
... pero esta entrada me ha gustado en particular.
sigue escribiendo!
saludos de Washington, D.C.
Jess
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