Interpretación



Escribe el crítico literario Harold Bloom en un artículo titulado Don Quijote después de cuatro siglos: "El Quijote, como las últimas obras de Shakespeare, me parece más nihilista que cristiano; dos de los mayores creadores occidentales parecen insinuar que el destino final del alma es la aniquilación".
Si hay algo que me place en este mundo es que me den la razón.
Más adelante Bloom escribe: "Maestros de la representación, tanto Shakespeare como Cervantes son vitalistas, de ahí que Falstaff y Sancho Panza tengan la alegría de vivir. Pero dos autores tan modernos son, al mismo tiempo, escépticos, y por eso Hamlet y Don Quijote están llenos de ironía, incluso en medio de la locura".
Algo que, definitivamente, me hace pensar que para mantener la lucidez en estos tiempos nada como una buena dosis de pesimismo vital.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Decir que el se?or Bloom me parece de lo más controvertido, un tipo muy peculiar que creo que tiene ciertas obsesiones casi maniáticas.

Al margen de esto, sólo querría decir que el pesimismo vital es atrayente -no cabe duda-, facilón y, a la larga, decepcionante y triste. Elegir ese camino no me parece lo más acertado. Pero, al fin y al cabo, siempre tenemos la oportunidad de rectificar, porque lo necesitamos... Y sí, apoyo la ironía, pero no la ironía vital, porque eso hace insoportable la vida, en serio.

Roberto Iza Valdés dijo...
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