El arte complacido



Todo pulcro y bruñido. La creación artística se presenta en forma de frasco de colonia. Loewe, que el pasado año ingresó cientos de millones por sus empresas, regala una dádiva como gesto de gran mecenas: pura excrescencia mental.

Otro profesor de universidad premiado: lo que yo llamo el canon filológico o la dictadura de los filólogos en poesía.

Me pregunto si es que estos tipos no trabajan. Investigo: efectivamente cobran mucho pero trabajan poco. Apenas si dan unas cuantas horas de clase a la semana. Así cualquiera se puede dedicar a ser poeta.

El último ‘loewito’ es un tal Juan Antonio González Iglesias que, curiosamente, habla, en la ‘biblia periodística’ del País, de “deterioro cultural”. ¿Acaso no es decadencia cultural entrar en este tinglado de los premios?

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