Cioran destaca que «cuando Pirrón dialogaba con alguien, si su interlocutor se iba, continuaba hablando como si no hubiese pasado nada. Sueño con esta fuerza, de indiferencia, con esta disciplina del desprecio, con una impaciencia de trastornado».
Indiferencia, desprecio, impaciencia, cualquiera diría que tan excelso catecismo de apatía y vilipendio tenga que ver con un autor con tantos libros escritos sobre sus espaldas.
3 comentarios:
Shhh, admiro tu blog
Curiosamente al leer tu entrada he sentido eso: admiración ¿por qué será?
Besitos!
tenía tiempo de no leer tu blog! Creo que voy a pasar una media hora leyendo las entradas nuevas y re-leyendo las otras =D
Estoy de acuerdo con Maria y Alu =)
cuídate!
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